Mucho se habla en estos tiempos de la necesidad de aumentar la transparencia en diferentes ámbitos de la sociedad: política, administraciones públicas,… pero, ¿y en Educación? ¿Hay realmente transparencia en Educación? ¿Es necesario aumentar los niveles de transparencia educativa? ¿De qué modo? ¿Vía rankings tal vez? ¿Podrían los rankings ayudar en algo en este sentido? ¿O no? ¿Son los rankings benificiosos o perjudiciales para la Educación?
Espera un momento… no respondas áun, visualiza el siguiente fragmento de Salvados, relativo a rankings de escuelas en Reino Unido.
A continuación, dejo imagen de una ficha de un centro galés, concretamente de Newport High School, imagen capturada del portal My Local School, puesto en marcha por el Departamento de Educación de Wales, donde se puede acceder a todos los datos de cada una de las escuelas (puntuación, presupuesto, profesorado, ratio de alumnos por profesor,…)
¿Qué te parece? ¿Es ésto transparencia o no lo es? Te animo a manifestar tu opinión respondiendo a la siguiente encuesta:
así como a dejar tu comentario en el blog o comentar en Twitter, G+, Facebook y, por supuesto, a debatir sobre el tema en tu propio centro.
Una cosa la tengo clara, sea cual sea tu respuesta, coincido con el entrevistado:
La culpa no es de los datos…
Quedo a la espera. Tu opinión me interesa y mucho.
Seguimos…
Bien medidos pueden ser públicos, pero… ¿solo medir ratios? ¿o calificaciones? ¿o dotación?… eso es lo que quiero decir. Estos datos numéricos que tanto nos gustan a los matemáticos, deberíamos saber combinarlos con los cualitativos, que son igualmente válidos, y que también deberían acompañar en los ránking.
Estamos cuantificando la educación Luismi, y creo que esto no es bueno. Apuesto por datos que vayan más allá de los números, no tengo la fórmula, ni la he visto, pero… creo que debemos buscarla, para devolver un poco de «emoción» al mundo educativo cuando hablamos de datos.
Los números solitos pueden hacer mucho daño, y las estadísticas todos los sabemos son fácilmente manipulables, sin ni siquiera necesidad de mentir, puedes hacerle ver a otro en un gráfico lo que tú quieres que vea.
Así que… sí transparencia pero bien medida y con intención de construir no de destruir.
Luis Miguel,
soy un fan de los datos, tanto cuantitativos como cualitativos, creo que es una manera exhaustiva y eficiente de conocer la realidad; al fin y al cabo, es la perspectiva científica (experimental y social) la que permite evitar la superstición y los prejuicios. Como dicen en la entrevista, ‘la culpa no es de los datos’ . Sin embargo sí hay culpa o responsabilidad en la interpretación de los mismos. Cuando comparas globalmente los resultados de un cole con otro y lo haces público estás haciendo una interpretación que no arregla el problema sino que lo agrava. Los resultados académicos tienen una horquilla de mejora limitada por el índice socioeconómico y cultural. Si publicas los datos alimentas un círculo vicioso que no reconoce estas limitaciones. En esa línea, creo que es mucho mejor la idea actual de la Junta: se comunican los datos al centro y es éste el único que puede hacer la propuesta de mejora con ayuda de los servicios externo al mismo.
Efectivamente Esteban,
Conozco de tu afición por las analíticas educativas y, en ese punto y en otros, pero especialmente en ese, convergemos, a mi me viene de serie, aunque sea un matemático al que no sólo le basta con los números, como bien sabes 😉
Lo que se hace en Andalucía no está nada mal, mejorable en muchos aspectos como todo en la vida, pero creo que le faltan dos cosas esenciales:
1. Si como centro me dicen que en el Indicador I tengo la calificación C y, nada más, yo acudiré a los servicios externos o no acudiré.
Ejemplo: los líderes de los principales partidos políticos suspenden una y otra vez en las encuestas (no llegan a un 4 ninguno) y no pasa nada. Aplica el ejemplo al caso educativo.
2. Sí mi calificación es C y no conozco como van otros de mi misma tipología, contexto,… ni, al menos, la media del resto, de poco vale, pienso.
Todo ello contando que a los equipos, al menos, directivos se les haya formado en la interpretación de estos indicadores homologados, cosa que no a lugar, al menos hasta hoy.
Luego se podría seguir avanzando en la línea que lo viene haciendo Andalucía, pero depurando el proceso, digamos ‘en privado’ pero, entonces, pregunto:
¿Estaríamos dejando de lado la transparencia educativa, o no?
Gracias por pasar por aquí.
Seguimos…
De acuerdo, Luis, con que es mejorable lo que se hace en Andalucía. Pero tu punto 2 no acabo de verlo. Al centro sí que se le envían estadísticas comparativas con la zona educativa y con centros con un índice socioeconómico y cultural similar al tuyo. Lo que yo creo que hay que mejorar, en mi opinión, es:
– La visualización de los datos: ahora mismo la AGAEVE proporciona unos tochos de 40 páginas más (otras 30 de memoria de autoevaluación) más las PED, que puede sumar fácil unas 100 que un claustro no puede digerir. (este curso hice un resumen visual del mismo a ver si te lo pongo en algún sitio)
– Entrega en formato csv y no en pdf de los datos homologados. Parece una tontería pero dificulta hasta la extremo trabajar para la visualización de esos datos.
Respecto a lo del centro que se cruza de brazos aunque tenga indicadores negativos. Es cierto. Quizás se podría pedir los planes de mejora para la subvención de proyectos, planes, mejoras en el presupuesto, etc.
¿Llevar a un hijo a un colegio u otro por un dato que no sea lo que cuesta al mes (que claramente nos puede limitar)? Claro que hay que tener transparencia, pero eso no viene de los ranking ni de los números, sino de la cara de los chavales cuando salen del colegio y del «nivel de espabilamiento» cuando se van del colegio y se tienen que buscar la vida fuera.
Hay que evaluar, y por qué no, hacer ranking, pero… no solo de números. En esos números no se puede evaluar el compromiso de los profesores, ni su formación (a no ser que nos limitemos, como en la universidad, a nº de cursos, publicaciones y citas), ni las ganas que transmiten a los chavales por llegar más lejos, ni… tantas cosas que nos están fallando desde dentro. Tampoco los números garantizan nada desde fuera, cómo se mide el reconocimiento social que necesitamos los profesores, ¿con otra encuesta?, o el nivel de compromiso de las familias, o…
En educación no mezclemos, transparencia no son números. Claro que necesitamos transparencia pero «de la buena».
Buenas noches compañero… y gracias por hacernos pensar a estas horas!
Apreciada Blanca, quien me conoce sabe de mi especial empeño y dedicación en generar escenarios de aprendizaje atractivos y funcionales compartidos con mis #jovenesXXI, pero con la felicidad únicamente no se puede tirar adelante, en algún momento hay que medir y no me refiero sólo a las calificaciones de los chavales, sino ratio profesor/alumno en el centro, dotación, evolución en el tiempo,..
Lo que aquí se trae es si queremos que estos datos sean públicos o no, si creemos que pueden ser beneficiosos o no tanto,… Y, en definitiva, si queremos que la Educación sea un reflejo de lo que pedimos a políticos y otras instituciones…
Seguimos…